La palabra deporte incluye diferentes términos y puede utilizarse de forma amplia. Aquí se utilizará en referencia a la educación física, pudiendo definirse como un conjunto de ejercicios físicos realizados de forma individual o colectiva que se desarrollan respetando ciertas reglas.
Síndrome de Down
La sociedad en general, asume frecuentemente y de forma peligrosa, que la práctica deportiva es saludable y que es suficiente la práctica para notar sus beneficios. Sin embargo, las actividades deportivas pueden resultar perjudiciales, fundamentalmente por la forma en que se practican o se enseñan si no se desarrollan bajo una supervisión correcta.
Además de las enfermedades médicas habituales, muchos niños con síndrome de Down padecen otras alteraciones que requieren una valoración previa y un seguimiento por su médico antes de iniciar cualquier actividad física deportiva. Es posible que estas personas padezcan problemas cardíacos de origen congénito, problemas de tiroides y regulación hormonal, problemas digestivos, visuales, auditivos, del aparato locomotor y un riesgo mayor de padecer infecciones. Estas características deben ser valoradas pero no deben ser un motivo para prohibirles la práctica de actividades deportivas.
Orientaciones preventivo-terapéuticas
En toda persona con síndrome de Down debe realizarse un reconocimiento médico especializado antes de iniciar una práctica deportiva, asesorándose sobre aquellos ejercicios que pueden o no realizar.
Con una supervisión médica adecuada, muchos niños y adultos con síndrome de Down pueden realizar una actividad deportiva que resultará muy recomendable para su salud física y psíquica, facilitando además su integración social.